Estoy seguro de que a la pregunta del título casi todo el mundo podría responder «mucho», refiriéndose a propiedades puramente de carácter (soy servicial, generoso, digno de confianza, etc.) o a características de la persona (soy fuerte, estoy sano, soy joven, etc.) y, por qué no, incluso a parámetros de riqueza muy tangibles (tengo ahorros, una casa, un trabajo). Pero, ¿y si te pido que cuantifiques ese valor?
¿Qué es el capital humano y qué valor tiene?
Definamos el capital humano. Según la definición de la OCDE, el capital humano «consiste en todos los conocimientos, habilidades, competencias y otras características individuales que facilitan la creación de bienestar personal, social y económico«. En pocas palabras: el capital humano es la capacidad de generar ingresos para uno mismo y sus familiares.
El capital humano es una forma de riqueza intangible y, por tanto, menos comprensible que los bienes inmuebles o la riqueza mobiliaria. Este valor se calcula teniendo en cuenta diversos factores, como el tipo de trabajo realizado por el individuo y sus perspectivas de carrera, junto con su esperanza de vida.
En la actualidad, el valor per cápita no se distribuye de manera uniforme: cambia según el sexo, la edad y el nivel de educación, siendo mayor para los hombres que para las mujeres.
Los tres pilares del capital familiar
Los tres pilares del capital familiar (financiero, real y humano) son igualmente importantes para la correcta planificación del futuro de una familia en paz. Y todos ellos requieren una evaluación de los riesgos que pueden poner en peligro tu estabilidad a largo plazo.
Parece un concepto abstracto, pero ¿qué ocurre con la riqueza «humana» si el individuo muere? Los ingresos que podrían haberse generado se pierden, y la familia puede encontrarse en apuros económicos, especialmente cuando el fallecido era el principal generador de ingresos.
Según encuestas realizadas por distintas agencias de economía nacionales, cerca del 40% de los españoles guarda dinero para hacer frente a imprevistos futuros, pero también es cierto que el capital ahorrado no es suficiente para hacer frente a un pequeño problema en dos de cada tres casos.
Se trata también de una cuestión de educación financiera, ya que una gran parte del patrimonio de los ciudadanos se mantiene líquido en cuentas corrientes.
Cómo proteger el capital humano
Para proteger el capital humano y garantizar un futuro tranquilo a la familia, es posible contratar un seguro útil en cada caso. La verdadera solución es ser más consciente y cuidadoso sobre cómo se ahorra, pero sobre todo cómo se utiliza la riqueza.
La gestión del patrimonio, para ser realmente eficaz y responder a la necesidad de tranquilidad y crecimiento de la familia, debe tener en cuenta también los seguros, que permiten liberar el capital que hasta ahora se mantenía líquido para hacer frente a los imprevistos.