¿Qué es Bornout? Este síndrome deriva su nombre de la expresión inglesa «to burn out«, es decir, «quemarse, agotarse«. El burnout es un estado de agotamiento emocional, físico y mental.
La OMS define este síndrome como una forma de estrés laboral que no es fácil de manejar. Los afectados ya no son capaces de afrontar el trabajo con tranquilidad y acaban sufriendo un agotamiento crónico. Este malestar, por desgracia, se extiende también a la vida privada en muchos casos y el diagnóstico varía de una persona a otra.
Según la OMS, los principales síntomas de este síndrome son:
- Sensación de agotamiento
- Mayor desapego mental y cinismo hacia el propio trabajo
- Disminución de la eficiencia laboral.
La OMS también especifica que, en el caso del Burnout, el agotamiento se refiere únicamente al ámbito laboral y no debe extenderse a otros ámbitos de la vida. En la práctica, no se puede hablar de Burnout si se sufre de estrés crónico en otras situaciones y esferas, como la familia, la amistad o las relaciones.
El trabajo es una fuente de bienestar para nuestra salud mental. Y un entorno de trabajo desfavorable puede dar lugar a manifestaciones psicofísicas. Hay varios factores de riesgo relacionados con el Burnout, organizativos, de comunicación y de seguridad.
Entre las principales, de la Organización Mundial de la Salud (que también indica cuáles son las posibles estrategias a adoptar para mejorar el entorno de trabajo) están:
- Políticas inadecuadas de salud y seguridad
- Comunicación y gestión inadecuadas;
- Participación limitada en la toma de decisiones o escasa; control sobre la propia área de trabajo;
- Bajos niveles de apoyo a los trabajadores;
- Horarios inflexibles;
- Tareas y objetivos poco claros.
A estos problemas se suman la carga excesiva, las actividades inadecuadas en relación con las competencias del trabajador, la falta de reconocimiento (incluso económico) del resultado, la presencia de riesgos elevados (como en el caso de los socorristas), el acoso laboral y el acoso psicológico.
La historia del BurnOut
El término burnout apareció por primera vez en el mundo del deporte, en 1930, para indicar la incapacidad de un deportista, después de algunos éxitos, de conseguir más resultados y/o mantener los adquiridos.
Por lo tanto, el burnout era aquella condición en la que la realización de una actividad deportiva comprometía el cuerpo, la mente y el espíritu hasta tal punto que la persona, una vez superado un determinado umbral, se «quemaba» dando lugar a un estado de agotamiento psicofísico y emocional.
No fue hasta los años 70 cuando el término se extendió al ámbito laboral, de la mano de la psiquiatra estadounidense Christina Maslach, para poner de manifiesto un malestar que afecta a las profesiones en las que las relaciones interpersonales son continuas y a menudo están ligadas a la ayuda a los demás (profesiones de ayuda): enfermeras, psicólogos, médicos, trabajadores sociales, policías, bomberos, personas que realizan labores de voluntariado.
Posteriormente, se incluyeron otras categorías de trabajadores entre los que corren el riesgo de desarrollar el síndrome de Burnout, en particular los que están frecuentemente en contacto con el público: profesores, oficinistas, secretarios, abogados, recepcionistas.
Resumiendo mucho, este agotamiento causado por el síndrome Burnout puede afectar gravemente a la eficiencia y eficacia profesionales, con la consiguiente reducción general de la calidad del rendimiento.
Una persona estresada y desmotivada al que le «falta aire» puede, de hecho, carecer de la concentración adecuada, estar distraído, menos atento a las necesidades del propio trabajo, tener menos confianza en la formulación de hipótesis y tener una menor capacidad para escuchar las necesidades de otros compañeros.