Hay un tiempo para vivir y un tiempo para escribir porque la escritura y la vida son mutuamente incompatibles: dos líneas rectas que se cruzan en encrucijadas insólitas sólo en extraordinarios, aunque raros, momentos de inspiración.
Se escribe haciendo una pausa en la vida, se hace una pausa en la escritura para vivir. Es una experiencia común, en momentos de melancolía, dejarlo todo a un lado y desahogarse en el papel o en el archivo, mientras que cuando todo va bien, el deseo de escribir desaparece: uno está demasiado ocupado viviendo.
O no, no siempre es así, todo se resetea: vida y escritura pueden ir de la mano.
Escribir también significa pasar a la acción, hacer algo por uno mismo, mezclar el papel con la vida, la tinta con pensamientos que transmitir, significa abrir el cajón de las pasiones.
Si eres de los que no pueden mantener sus dedos a raya mientras bailan velozmente sobre un teclado, si eres de los que escriben sobre un espejo lleno de condensación o trazan palabras fantasmas en el aire mientras fantasean, o si eres de los que todavía sostienen románticamente un bolígrafo y embadurnan hojas de papel, si necesitas escribir para pensar (ayer en papel, hoy en hojas virtuales), no puedes perder esta oportunidad.
Debes escribir, para satisfacer tu necesidad creativa, para hacer algo por ti, para emprender como un caminante el camino de la escritura y del mundo.
¿Qué escribir?
Lo que quieras, lo que te guste, lo que quieras expresar y compartir. Puedes escribir sobre moda, música, cocina, finanzas, economía, literatura, vida cotidiana, familia, deporte, incluso puedes escribir pensamientos y reflexiones curiosas.
Es el momento de escribir porque escribir es construirse, dar color al mundo, contribuir a cambiar las cosas, concienciar, tomar conciencia de la realidad o dejarse adormecer por la fantasía, sacudir conciencias, hacer reflexionar, entretener, razonar y hacer pensar porque no se puede ignorar para siempre algo que se ha comentado, analizado, pensado… no se puede ignorar para siempre algo que se ha escrito.
Ahora bien, no todos somos escritores, es cierto, pero la escritura siempre esconde para cualquiera, ya sea un profesional, un aficionado, un devoto o un tímido principiante, una exploración de sí mismo y del mundo, del ser individual y colectivo porque escribir es ser.
Entonces, ¿a qué esperas?
Es hora de escribir, de escribir ahora, de ser ahora.