¿Qué quieres ser de mayor?¿En que te gustaría trabajar? Esta pregunta tiene muchas respuestas pero cuando se la haces a cientos de jóvenes cada vez hay más demanda de «puestos fijos». Sacarse unas oposiciones y a chupar teta del estado… es una respuesta que se repite mucho. Todo el mundo tiene envidia de los funcionarios.
Hoy hablaremos del trabajo fijo, una obsesión agónica que dura generaciones y de la que nos gustaría mantenernos lo más lejos posible. En España, en cambio, parece casi el paraíso terrenal: seguridad, prestaciones… y muchos pensando que «es un trabajo para toda la vida».
Es una difícil admitirlo, ¡pero hay algo que no funciona! Y nos duele aún más decir que lo que no funciona es la mentalidad, la idea que tenemos (y que nos han inculcado) de la vida y de las posibilidades que tenemos para hacerla única y plena, llena de oportunidades.
En cambio, ¿con qué nos conformamos? Vivirlo como viene, en busca de la seguridad (que no es segura al 100%), condenados por aburridas rutinas que no nos hacen humanos, sino máquinas al servicio de algo.
Desafiando al trabajo fijo
El mundo actual está lleno de oportunidades, lo único que hay que hacer es saber qué buscar, informarse, formarse y hacer todo lo posible por intentar hacerlas realidad. Una cosa es cierta: hay que ser capaz de atreverse sin tener miedo.
El trabajo fijo es nuestra obsesión y lo ha sido para quienes nos han precedido, pero es un sistema antiguo que no tiene en cuenta la increíble evolución que se está produciendo, en todo el mundo. Sí, hay que tener valor, pero en medio de tanto caos, en un Estado que piensa en todo menos en el bien real de sus ciudadanos, es innegable que hay, PARA TODOS, un sinfín de posibilidades que para otros no ha habido.
Cada cual es artífice de su propio destino y el mundo necesita a todos: profesores, trabajadores de correos, carteros y mensajeros. Hay personas dinámicas, emprendedoras y a las que les gusta trabajar en el mismo sitio y hacer las mismas tareas todos los días.
Pero, ¿y qué? En una época en la que la flexibilidad se ha convertido en un requisito fundamental para adaptarse al cambio, los jóvenes de esta nueva era siguen anclados en la creencia de que el trabajo fijo y estable sigue siendo la quimera, que hay que desear toda la vida.
¿Locura? No, es la realidad. Según varias encuestas, sólo dos de cada diez jovenes españoles prefieren arriesgarse y crear su propia empresa.
Pero la verdadera sorpresa se desprende de estos datos: quienes más sienten la necesidad de poder contar con un trabajo fijo son los muy jóvenes de entre 18 y 24 años (81%). Es decir, esa parte de la población que debería ser más proclive al riesgo, dispuesta a implicarse, a explorar y viajar, a aprender y darse cuenta de que la burbuja de cristal en la que uno nació se desvanece, y lo hace de verdad, en un segundo.
El puesto fijo nos convierte en esclavos
¡Bienvenido a la carrera de la rata! Somos lo que sentimos, y no porque nos convirtamos en loros con el tiempo, simplemente confiamos en quienes nos quieren e intentan enseñarnos algo. La realidad es que hace 20 años que «el trabajo fijo ya no existe» y desde que no existe el español medio lo busca con más desesperación.
La cuestión es: ¿eres realmente feliz? ¿Haces lo que te gusta? Si murieras mañana, ¿estarías satisfecho con tu vida? El verdadero problema, sobre todo para los jóvenes, es la insatisfacción. Insatisfacción por llevar una vida miserable, a pesar de tener un buen trabajo.
Fijo no significa feliz, ni tampoco seguro al cien por cien. El contrato indefinido no te asegura que, por ejemplo, la empresa para la que trabajas nunca jamás vaya a quebrar, eso no lo sabes. Tampoco te asegura que vayas a estar ahí en ese puesto para siempre, porque de hecho existen métodos de despido a pesar del contrato indefinido.
Y lo que es más importante, el puesto fijo ya no es sinónimo de riqueza. Y esto se ha convertido en un gran problema.
La palabra JOB en inglés significa trabajo. ¿Sabes realmente cuál es el acrónimo de las siglas JOB? “Just over broke”, que en castellano significa «justo por encima de la quiebra«, es decir, justo por encima del umbral de subsistencia, justo por encima del umbral del fracaso.
¿Como salir de la carrera de la rata?
No basta con trabajar para ser libre, la libertad es otra cosa si no va unida a un sentimiento de paz interior y bienestar. Somos la generación del cambio, de la tecnología que evoluciona de un momento a otro, de las nuevas posibilidades.
Somos la generación que dispone de todas las herramientas para demostrar (a los «mayores», que a veces olvidan la magia de la felicidad y que no han entendido realmente la evolución que estamos viviendo) que se puede hacer el trabajo soñado y satisfacer realmente todas esas necesidades reales y concretas (como mantener una familia, por ejemplo) y ser feliz.
Y si alguien puede hacerlo, significa que hacerlo no es imposible. Si alguien lo ha hecho, tú también puedes.
¡Despertemos! Dejemos de pensar en viejos patrones, dejemos de estar condicionados por la mediocridad, por la complacencia, estamos en 2023. ¡Estamos en el mejor mundo!
El cambio está ahí y es evidente, la ilusión de seguridad podría llevarte a vivir una vida insatisfactoria, triste y muy agotadora. Asume riesgos, no te fijes sólo en las labores, apunta a las satisfacciones.