¿Sabías que el propio Einstein también padecía el síndrome del impostor? Este tipo de experiencias suelen estar relacionadas con la autoestima y en este artículo te vamos a contar todo lo relacionado con este tipo de pensamiento para que si algún día pasa por tu mente sepas focalizarlo y dejarlo a un lado para seguir por el buen camino.
¿Qué es el síndrome del impostor?
El término » síndrome del impostor » hace referencia a un fenómeno descrito a finales de la década de 1970 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes. Esta expresión se refiere a la percepción de una experiencia interna de éxito personal indigno.
Por esta condición, las capacidades y habilidades personales son constantemente subestimadas y, así, se experimenta el sentimiento de no merecer los resultados positivos alcanzados.
Este fenómeno se estudió originalmente como un fenómeno característico de las mujeres en puestos exitosos. En la actualidad, las diferencias de género no parecen especialmente relevantes. Sin embargo, es común ver esta condición en personas en posiciones sociales y laborales importantes.
La paradoja del síndrome
La paradoja típica del » síndrome del impostor » se refiere precisamente al hecho de que, cualquiera que sea el éxito alcanzado, nunca será suficiente para cuestionar la experiencia subjetiva básica de «indignidad» experimentada.
Las personas que la padecen se muestran de hecho como incapaces de interiorizar ciertas habilidades o capacidades de los éxitos obtenidos. Estas creencias son impermeables a la evidencia en negativo debido a la presencia de distorsiones cognitivas que provocan una constante minimización en la percepción del sentido de competencia y valor personal.
Existe una tendencia común a atribuir los éxitos alcanzados, aunque repetidos y notables, a factores externos . Típicamente, la suerte es el factor que mas destaca en este tipo de conducta pero también puede ser el hecho de que otras personas sobrestiman las habilidades de la persona.
Síndrome del impostor y autoestima
El «síndrome del impostor» se asocia típicamente con bajos niveles de autoestima y sentimientos de poca valía personal e insuficiencia. Su nombre deriva de un elemento central: el sentimiento más o menos generalizado de engañar a los demás.
Debido a este fenómeno, las personas que lo padecen tienen miedo constante de ser “expuestas” en su verdadera naturaleza y, por tanto, de poder perder en cualquier momento todo lo que han ganado o construido en términos de éxito personal.
Todo juicio se convierte en fuente de angustia porque puede ser el factor decisivo para decretar la esperada e irremediable catástrofe.
La persona que sufre este problema es como si viviera constantemente con el objetivo de lograr y mantener altos estándares pero no por un interés genuino en lograr metas importantes para ella misma, si no con la finalidad de no ser descubierta de lo que ella cree que esta mal o es fruto de la simple suerte. Esto a menudo implica actitudes impulsadas por un fuerte perfeccionismo .
Por ello, los éxitos alcanzados rara vez se asocian a una percepción de satisfacción o gratificación personal. Cerrar la brecha entre la autopercepción y los reconocimientos logrados es imposible.
Las consecuencias del miedo a ser expuesto
Finalmente, debido al miedo a la exposición, la persona puede llegar a actuar con mucho miedo en diferentes tareas o desafíos laborales. Con el tiempo estos problemas podrían llevarla a construir una existencia por debajo de sus posibilidades, con el único fin de no destacar o mantener un perfil muy bajo en cualquier cosa para no desenmascararse.
Por todo lo anterior, es evidente que la presencia de esta condición típicamente se asocia con consecuencias relevantes para la persona que lo sufre y tiene un impacto bastante significativo en la calidad de su vida.
Se puede destacar el miedo intenso al juicio, la confrontación constante con los demás, el miedo al fracaso .
Además del perfeccionismo que comentábamos antes , generalmente también se destacan altos niveles de reflexión profunda para cualquier pequeña cosa que se realice. Generalmente, las normas personales autoimpuesta por esta persona sobre ella misma son excesivas y la autocrítica es muy grande cuando no se gestiona de forma adecuada.
Los errores, por pequeños que sean, generan culpas severas e inapelables y las consecuencias tienen la connotación de catástrofe. Es común la presencia de altos niveles de ansiedad , miedo y angustia (tanto asociados a actuaciones específicas como generalizadas) y frustración, hasta el punto de desarrollar síntomas depresivos reales .
La cura para el síndrome del impostor
Aunque este síndrome no corresponde a ninguna clasificación diagnosticada como real dentro de la psiquiatría, las características mencionadas pueden generar un gran sufrimiento. Si detectas el problema, un buen psicoterapeuta puede ayudarte con unas sesiones.
Y lo que debes de hacer desde ya mismo desde mi opinion personal es quererte más y esforzarte por ser tu mismo sin miedo a lo que los demás piensen de ti o de tu trabajo. Y te dire otra cosa más: Pienso que la suerte no existe, es tan solo un breve encuentro entre la preparación y la oportunidad.