Si algo hemos aprendido a lo largo de los años es que hay que estar preparado. El cambio y la evolución son condiciones tangibles, necesarias e inevitables.
¿Por qué te contamos todo esto? Porque estar informado y adquirir las competencias adecuadas es una buena manera de empezar a experimentar el cambio del que hablamos.
Las redes sociales han transformado nuestra forma de comunicarnos y la de las empresas, han cambiado nuestra relación con el móvil, han influido en nuestra vida cotidiana en todos los sentidos. Y por mucho que nos empeñemos en ver esto como una locura y poco «humano», su presencia es tangible y hacer como si nada no es una solución que nos den.
Con las redes sociales y el constante cambio tecnológico, muchos empleos se han transformado, algunos ya no existen, otros no existirán en breve.
Y en realidad, el trabajo no es seguro ni siquiera para los que viven de lo social. Un día son frikis de Instagram y al día siguiente se despiertan y TikTok se ha convertido en la nueva red social del momento. Esto supone volver al punto de partida, hay que aprender -de nuevo- algo nuevo.
Por eso, hablar de empleos del futuro no es en absoluto erróneo. Estar a la altura de los tiempos, abrazar esas normas de vida que nos han inculcado desde pequeños, como «busca el trabajo fijo», «búscate un trabajo serio», es cosa del pasado.
La evolución, afortunadamente, es lo único seguro. La ignorancia también, en realidad, pero siempre esperamos que pueda limitarse de algún modo. Cambiar significa convertirnos en mejores personas y esto ocurre porque el cambio te permite ser y redescubrirte una y otra vez.
¿Por qué nos asusta el cambio?
Se trata de una pregunta que esconde detrás una verdad absoluta. Sin embargo, podemos decirle que no es el único que le tiene miedo. El cambio ha estado presente en la vida del hombre desde la noche de los tiempos y, de hecho, siempre nos ha asustado. Lo que marca la diferencia es la forma en que abordamos el cambio.
¿Sabías que en el año 400 a.C. existía el temor de que la escritura borrara la memoria con el paso del tiempo?¿Te imaginas hoy un mundo sin escritura? La verdad es que lo desconocido nos asusta, y en cada gran cambio de la historia, es el miedo el que ha sido el amo. Pero este miedo nunca ha detenido la evolución.
Ciertamente, en Mierda Vida no tenemos una varita mágica para adivinar el futuro ni prometemos milagros, pero dada la situación en la que nos encontramos, estarán de acuerdo con nosotros en que hay que tomar decisiones vitales para afrontar todo lo que venga, sea cual sea, ¡ya!
Competencias para afrontar el trabajo del futuro
A continuación te dejamos algunas competencias necesarias para afrontar los trabajos del futuro, el futuro mismo y una vida mejor. Haz buen uso de ellos.
Aprender a comunicar
Aprender a comunicarse de la forma adecuada es cuestión de equilibrio y coordinación: lo intentas, lo vuelves a intentar, fracasas y, al final, puede que encuentres la solución correcta. Lo que necesitas entonces es crear la estrategia de comunicación adecuada para tu marca.
Primero debes hacerse una serie de preguntas: ¿Quién soy? ¿qué quiero comunicar? ¿quiénes pueden ser mis clientes? ¿qué ofrezco además de lo que ya hay en el mercado? ¿cuál es mi objetivo? ¿cuál es mi visión? Con preguntas podríamos seguir y seguir, pero lo que queremos decirte es que marques una dirección.
Tomar decisiones rápidas
Decidir con rapidez no significa tomar decisiones precipitadas.
Simplemente, el mundo, el mercado, las empresas y las necesidades de los clientes cambian con rapidez, por lo que es impensable tardar un año en pensar en hacer algo. También porque, está muy bien hablar de los empleos del futuro, pero ¿cuánto tardarán en cambiar?
En poco tiempo ya serán viejos, obsoletos, poco prácticos. Así que sé rápido, pero márcate objetivos realistas.
Esta rapidez también presupone precisión. Si quieres crear una estrategia de comunicación eficaz, no te limites a pensar en hacerla, tiene que ser una estrategia concreta. Así que establece tus prioridades, las cosas importantes y urgentes, y decídete rápidamente por ellas, para luego pasar a los siguientes pasos. En resumen: aborda los problemas de uno en uno pero no te duermas en los laureles.
Empezar de cero
El cambio, se mire como se mire, presupone un reinicio. Y recomenzar significa dejar atrás las certezas y adentrarse en lo desconocido. Ahora bien, hay quien lo experimenta con euforia y quien cae en una profunda depresión. Si no empiezas de nuevo, sobre todo en el mundo laboral, te arrastran.
Empezar de nuevo no te da ninguna seguridad, podrías volver a empezar mil veces a lo largo de tu corta pero larga vida. Sin embargo, te aseguramos que comprender lo que te gusta y lo que no te gusta hacer ya es un gran paso adelante.
La habilidad que necesitas es captar el cambio que se está produciendo, coger ese tren y entender cómo puedes utilizarlo en beneficio de tu negocio.
Conviertete en tu propio empresario
Pensar como un empresario es una habilidad que puedes adquirir incluso si eres un empleado. Las ideas ganadoras, con visión de futuro, que resuelven un problema tangible, nos permiten ser nosotros mismos, nos hacen encontrar la manera de expresarnos lo mejor posible en un periodo de veinte años que sigue proporcionándonos todas las herramientas para hacerlo.
Hazte atractivo
Ésta también es una habilidad fundamental. Piensa en la cantidad de información que hay hoy en día: desde mensajes a anuncios, pasando por correos electrónicos. En todos los sectores de productos, el número de productos y empresas que operan en un área determinada es superior a la capacidad del cliente para evaluarlos.
Con las mismas competencias y la misma calidad de producto, ¿qué marca la diferencia? Tu capacidad de comunicación, en pocas palabras tienes que hacerte interesante. Para ello hay que volver a la habilidad nº 1, la de la comunicación.
Ser irracional
Esta habilidad puede marcar la diferencia. Pensar siempre en patrones, datos y números puede arrastrarte a un… ¡mecanismo engorroso!
Salirse de estos patrones, en cambio, puede llevarte a esa dimensión totalmente creativa y sensacional que implica locura pero genialidad al mismo tiempo. A veces, una idea mediocre puede convertirse en una idea brillante.
Y, a menudo, viajar en sentido contrario puede hacer el trayecto mucho más interesante. Pensar irracionalmente te permite: Tener campo libre, los competidores pensarán que tu idea es demasiado loca; apelar a la irracionalidad y emocionalidad de tus clientes.
Invertir en competencias
El talento no basta. Ser bueno en… ¡ninguna de las dos cosas!
El talento sin ejercicio es un fin en sí mismo. Y el ejercicio del que hablamos es continuo. Adquirir competencias, con la revolución digital en la que vivimos, es un proceso constante. ¡Nunca paras! Así que sí, el talento te ayuda, pero la competencia marca la diferencia.
Asumir la responsabilidad
En caso de que tu empresa, proyecto o idea vaya mal, tú eres el responsable. Si sale bien, tú eres el responsable. Casi nunca hay un momento preciso en el que algo va mal, probablemente lo que va mal se encuentra en el conjunto.