Algunas personas alcanzan el éxito fácilmente, otras nunca lo harán. ¿Por qué? La explicación es sencilla: ¡las personas con éxito tienen tres manos! Suena increíble, ¿verdad? Sin embargo, esta es la explicación que da la mayoría de la gente cuando habla del éxito. ¿No me crees? Sígueme:
- Einstein descubrió la relatividad porque sólo tenía un cerebro.
- Paul ganó el concurso porque tiene contactos influyentes.
- Jose se convirtió en gerente porque es muy alto.
- Maria tiene aptitudes para los idiomas, así que se hizo intérprete.
¿Has oído alguna vez estas frases? Creo que sí. Si los analizamos, descubrimos un hilo conductor: los que tienen éxito siempre tienen algo de lo que parecen carecer los que no hacen nada bueno en la vida. Este algo no es ciertamente una tercera mano (como escribí de forma provocadora al principio), sino más bien un plus, una habilidad innata, una fortuna particular, un algo extra que parece ser decisivo para alcanzar el éxito. La consecuencia inevitable de tal razonamiento es ésta:
- Si tuviera el cerebro de Einstein, seguro que habría descubierto la relatividad.
- Si hubiera tenido contactos influyentes, habría ganado ese concurso.
- Si hubiera sido una persona alta, hoy sería presidente de alguna empresa.
- Si se me hubieran dado bien los idiomas, hoy sería intérprete.
Observando las inseguridades
Ahora, como no tengo estos elementos fundamentales, nunca lograré los mismos objetivos. En resumen, las personas que alcanzan el éxito nacen con suerte. Tienen la suerte de haber nacido con un cerebro especial, de conocer a gente importante, de tener un buen aspecto, de ser superdotados en una materia concreta, de tener padres ricos, etc…Los que no tienen estas fortunas nunca podrán alcanzar el éxito, por lo que es inútil que se esfuercen por algo que nunca llegará.
Bueno, déjame decirte que esa es una muy buena excusa, Es una excusa para justificar la ineficiencia y la pasividad. Es una excusa para justificar la falta de fuerza de voluntad y determinación necesarias para alcanzar un objetivo importante.
Este es el razonamiento de las personas derrotistas. Este es el razonamiento de las personas que nunca alcanzarán el éxito. Este es el razonamiento de las personas a las que no les gusta jugársela.
En realidad, la verdad es otra… el éxito no es el resultado de hechos o circunstancias afortunadas, al contrario, es el fruto del trabajo constante y duro de quienes están seguros de poder alcanzar una meta. Los que no creen que pueden alcanzar un objetivo, de hecho nunca lo alcanzarán. La psicología y la PNL (programación neurolingüística) identificaron este fenómeno hace mucho tiempo, se llama profecía autocumplida.
La profecía autocumplida
Según esta teoría, las presagios de uno realmente se hacen realidad. Si es una persona que está segura de que no va a tener éxito en un campo determinado, pues está segura de que no va a tener éxito. ¿Por qué? Creo que se debe a que las personas con creencias negativas actúan inconscientemente de forma que hacen que sus miedos se hagan realidad.
Si crees que no estás a la altura de una determinada tarea, transmitirás esa inseguridad en una entrevista de trabajo y… no te contratarán. La profecía se hace realidad. Si crees que no vas a tener éxito en una tarea determinada, te faltará el entusiasmo, la fuerza de voluntad necesaria para afrontar todos los obstáculos y alcanzar la meta. La consecuencia inevitable será que no alcanzarás tu objetivo. Una vez más, la profecía se hace realidad.
Si estás seguro de que no puedes vender un producto, nunca lo venderás, porque tu inseguridad será percibida por los clientes, que la interpretarán como una nota discordante en tu actitud y, en consecuencia, desconfiarán de ti. Si no confías en el producto que vendes, ¿cómo puedes esperar que tus clientes confíen en él? De hecho, inevitablemente la predicción se hace realidad. ¿Entiendes por qué el negativismo es uno de los peores obstáculos para el éxito?
El enfoque correcto
Si estoy convencido de que se me da mal el inglés, evitaré acercarme a esa lengua de cualquier manera. La única consecuencia posible de este tipo de actitud es tener problemas con el inglés toda la vida. Esto parece obvio y evidente, pero son precisamente estas creencias las que marcan la diferencia entre una persona exitosa y una mediocre.
El enfoque correcto, sin embargo, es el que enseña la PN (programación neurolingüística)L: si él ha tenido éxito, yo también puedo, tratando de entender cuáles son sus estrategias ganadoras e intentando replicarlas. Atención: replicarlas personalizándolas, porque cada uno de nosotros es un individuo original y único. ¿La buena noticia? No sólo se cumplen las profecías negativas, sino también las positivas. Cree en ello y al final lo conseguirás.