Diversificar te conviene. Cuando inviertes evitas poner todo lo que tienes en una sola acción porque si cae lo pierdes todo. Si tienes un negocio no quieres depender de un solo proveedor o de dos clientes. Si trabajas en una empresa intentarás cultivar una red de contactos para que tu carrera no dependa del humor de un cualquiera.
Desde que nacemos nos enseñan que el país donde vemos el sol por primera vez es el nuestro, aunque no lo hayamos elegido. Se nos dice que tendremos que pasar allí toda nuestra vida. Iremos a la escuela, trabajaremos, mantendremos nuestras cuentas bancarias, ahorros e inversiones, propiedades, todo, en ese país donde nacimos.
Parece un hecho que tendremos que mantener todo lo que tenemos en la moneda de ese único Estado. Y también se nos dice que es normal tener sólo el pasaporte de ese país y pagar impuestos sólo en ese país. Aunque no sean justos. Nos enseñan que nuestro país cuidará de nosotros y que es un país libre. Parece que la simple regla con la que empezamos -diversificar- no debería aplicarse a las cosas más importantes de nuestras vidas.
La Teoría de la Bandera
Te ofrezco una manera de salir de los confines en los que alguien quiere encerrarte. Puedes diversificar tu vida, proteger tus finanzas, a ti mismo, a tu familia y tu trabajo. Puedes evitar depender de un solo Estado, que a menudo no es libre y desde luego no actúa para cuidar de ti, sino de sí mismo Puedes plantar tus banderas en distintos países y relacionarte (vivir, trabajar, invertir, tener propiedades) con los países cuyos gobiernos te traten mejor.
El concepto de Teoría de las Banderas apareció en los años sesenta. David H. Shultz habló de ella. La idea era simple pero poderosa. Evitar depender totalmente del país de nacimiento colocando tres banderas:
- la residencia fiscal personal en un país con fiscalidad territorial,
- la ubicación de la propia empresa en un segundo país,
- la propiedad y las inversiones en un tercer país todavía.
En los años 80 se añadieron otras banderas a las tres de Shultz. Entonces, estas opciones eran menos accesibles, probablemente porque eran desconocidas para la mayoría y porque los modelos empresariales y laborales de la época te ataban a una ubicación geográfica.
Las tecnologías han transformado el mercado y la sociedad. Hoy tienes la libertad, antes impensable, de vivir, trabajar o desarrollar un negocio junto con socios y colaboradores, y nadie está atado por fronteras geográficas.
Al mismo tiempo, puedes optimizar o reducir legalmente los impuestos, tener una calidad de vida excepcional, organizar tus ahorros con distintos instrumentos, realizar inversiones, gestionar propiedades en distintos países según tu conveniencia. Puedes evitar ser propiedad de un solo Estado colocando tus banderas en varios países, como está a punto de leer.
Guia para ser verdaderamente libre
Estrategias sencillas, prácticas y sensatas para proteger tu vida y amplificar tu libertad: una guía para ser verdaderamente libre en un mundo que no siempre lo es.
Si quieres reducir o eliminar los impuestos que paga, aumentar tu libertad, aumentar tu privacidad, protegerse de demandas infundadas, injustas y engañosas, generar y proteger tu patrimonio, encontrar paz y serenidad viviendo la calidad de vida que deseas… El esquema se basa en el objetivo de plantar las banderas adecuadas, en los lugares adecuados para ti.
Residencia y ciudadanía
El primer paso es tener la residencia fiscal en un país con fiscalidad favorable, a menudo territorial. La residencia fiscal es un contrato real: vives en un país, utilizas los servicios de ese país y cumples las normas de ese país.
Las normas fiscales de muchos países están pensadas para atraer a gente como tú: empresarios, inversores o pensionistas que buscan libertad y oportunidades o simplemente un ciudadano medio que no quiere que le roben la mitad de su sueldo.
Tener una segunda nacionalidad (segundo pasaporte) implica otra elección fundamental. Algunos países no permiten la doble nacionalidad, otros sí. Algunos pasaportes son mejores que otros en algunos aspectos.
En una época, tener un segundo pasaporte sólo era posible a través de parientes consanguíneos. En otras épocas era accesible a los súper ricos que podían sobornar a los funcionarios del gobierno.
Hoy, en cambio, muchos gobiernos ofrecen programas atractivos y sencillos de residencia o ciudadanía. Se puede obtener la residencia con inversiones de unos pocos miles de dólares en unas pocas semanas, o en unos pocos meses. Se puede obtener un segundo pasaporte con inversiones ligeramente superiores, unas pocas decenas de miles de dólares en unos pocos meses, o sin inversiones especiales en 3 a 5 años.
Residencia fiscal de su empresa
Tener una o varias empresas en una jurisdicción adecuada es una protección fundamental. Puedes utilizar una empresa para diversos fines: dirigir un negocio, en tu nombre o de forma anónima, controlar otras empresas, gestionar la propiedad (inmobiliaria, intelectual, financiera).
Piensa en esto: los gobiernos nos gravan de muchas maneras.
Nos gravan cuando obtenemos ingresos, cuando los gastamos, cuando invertimos y cuando morimos. Los tribunales de todo el mundo consideran -con razón- que evadir impuestos es un delito. Pero evadir impuestos, cumplir la ley, no es un delito. Si eliges otro país, cambias de proveedor y pagaras por los servicios en el nuevo Estado.
Cuentas corrientes bancarias
Las cuentas bancarias reales y virtuales, y los instrumentos de inversión financiera, son necesarios para proteger y aumentar tu patrimonio. No puedes simplemente depositar tus ahorros en una cuenta corriente y ver cómo se agotan poco a poco debido a la inflación.
También se necesitan cuentas corrientes para realizar transacciones comerciales, recibir y efectuar pagos.
En el mundo, por un lado se crean constantemente soluciones innovadoras y, por otro, abrir cuentas corrientes a distancia ya no es tan dificil como antes. En este escenario, en el que las oportunidades se abren y los espacios se cierran al mismo tiempo, asegúrate de tener cuentas bancarias en países adecuados que ofrezcan estabilidad, un sistema judicial fiable y herramientas avanzadas.
Tendrás que elegir pensando en tus necesidades de gestión de efectivo, protección de inversiones y ahorros y gestión de transacciones comerciales. Para algunos, puede ser fácil alcanzar estos objetivos con los bancos de su país de residencia. Otros, que desean una mayor diversificación, más oportunidades y una protección superior, elegirán varias jurisdicciones e instrumentos diferentes para plantar esta bandera.
Activos físicos
Son tus activos tangibles: terrenos, casas, pisos. En este sentido, puede conseguir al menos dos objetivos:
Diversificar. Mantener tus bienes en varios países, reduciendo así su dependencia de un Estado en lugar de otro.
Aprovechar oportunidades de inversión atractivas. Imagínate comprar pisos o bloques enteros de apartamentos en países que acaban de alcanzar la estabilidad.
A menudo, los precios de los inmuebles son entre una cuarta y una quinta parte de lo que serían en los países occidentales. Estos precios alcanzan niveles «normales» en pocos años. Tienes la oportunidad de multiplicar tu patrimonio varias veces si sabes moverte.
Activos digitales
En el escenario tecnológico y empresarial que vivimos, los activos son cada vez más digitales. Puedes comprar una página web que produzca ingresos pasivos o semipasivos, o puedes comprar un negocio real, incluso uno muy complejo, articulado y grande. O puedes vender el negocio que has creado utilizando uno de los marketplaces.
Es importante elegir la ubicación legal de la infraestructura en la que se basa tu propiedad digital. ¿Está tu dominio sujeto a regulación en el país donde lo registraste? ¿Dónde están los servidores donde se guardan tus sitios web? ¿Pueden los gobiernos de estos países violar legalmente tu privacidad o restringir tus actividades empresariales?
También debes considerar el enlazado de tu infraestructura de propiedad digital y los sistemas de pago. Diferentes países ofrecen (o no) diferentes oportunidades y normativas con respecto a cómo puede recibir pagos electrónicos o cómo puede pagar a proveedores, servicios, autónomos y empleados ubicados en cualquier lugar del planeta.
Y por último, los negocios y las propiedades digitales han dado una connotación totalmente nueva a la seguridad. Tienes que proteger tu propiedad de ataques, robos y violaciones por parte de delincuentes digitales y de los propios gobiernos, que ahora pueden violar la privacidad de los ciudadanos hasta límites nunca vistos.