En los últimos años, el término «libertad financiera» ha empezado a utilizarse cada vez más, a menudo de forma inapropiada, por la gente.
¿Qué significa ser financieramente libre? Al hacer esta pregunta a la gente «normal» se obtendrán múltiples respuestas: ser «rico», ser autónomo (es decir, no ser un empleado), tener mucho dinero, cobrar un buen sueldo, etc. Ninguna de estas respuestas es matemáticamente correcta.
De hecho, solo se puede decir que eres financieramente libre cuando has conseguido generar ingresos pasivos, es decir, que el dinero fluye hacia tu bolsillo sin que tengas que trabajar, lo que sustenta plenamente tu nivel de vida. En pocas palabras, eres financieramente libre si tus ingresos pasivos son mayores que tus gastos.
Lograr esta condición no es fácil. En los últimos años, han surgido cada vez más «oportunidades» para llegar hasta allí, pero a menudo se trata de «fuegos artificiales», cuando no de auténticas estafas. Alcanzar la libertad financiera es un camino largo y sinuoso que requiere tiempo, estudio, valor, dedicación e incluso un poco de suerte.
Esto no significa que haya que dejar de lado este objetivo, sino que hay que abordarlo con la perspectiva adecuada.
Trabajar es una mierda
Si has leído los libros de Robert Kiyosaki, ya sabes a qué me refiero:
- 7 de la mañana: despertarte.
- 7.10: después de una rápida visita al baño para hacer las necesidades fisiológicas, desayunas (si no te lo saltas) y luego te aseas y te vistes a toda prisa. Ya llegas tarde antes de salir de casa.
- 7.40: estás en la carretera y te diriges a tu coche, te pones al volante y ya anticipas el viaje entre el tráfico; al menos 30 minutos de estrés mañanero… no está mal para empezar el día.
- 8.30 horas: milagrosamente llegas al trabajo a tiempo; marcas y comienzas tu jornada laboral de 8 horas (quién sabe si el jefe está hoy de buen humor o te va a estresar todo el día… pero tienes que aceptarlo, necesitas el trabajo… intentas relajarte durante el breve descanso.
- 17.30: volver al tráfico para volver a casa; pero antes de volver a entrar, ir de compras a la carrera o hacer varios recados (¡no siempre se puede pedir permiso para hacerlos!).
- 19.30: tareas varias y pasar un rato con amigos y familia.
- 21: a estas alturas, cansado, escuchas otro programa de baja calidad en la televisión mientras cenas (estás demasiado cansado para hacer otra cosa);
- 23: ir a la cama (¡el despertador de mañana es a las 7!)
Así se retrata el día típico de una persona media que vive en los países occidentales. En pocas palabras, se transmite el mensaje «trabajar es una mierda«.
Sin embargo, es una exageración de la vida, hecha a propósito para «estimular» a la gente a asistir a cursos de formación que supuestamente le harán alcanzar la Libertad Financiera. Si se encuentra con este tipo de comunicación, tenga mucho cuidado; existe el peligro real de que le «manipulen» y le empujen a comprar productos de formación que no le servirán de nada o, lo que es peor, pueden incluso perjudicarte.
La carrera de la rata
También se utiliza la metáfora de la «carrera de ratas«, equiparando a las personas con ratones que no hacen más que repetir las mismas acciones a diario para ganar dinero que luego se gastará. Un ciclo interminable del que solo pueden salir los que «despiertan» ….
Pero, francamente, esta visión de la vida ha tenido su momento o, como mínimo, debe ser contextualizada a la propia persona. Ciertamente, hay personas que llevan esa vida, «atrapadas» en un trabajo mal pagado que les permite llegar a fin de mes… Sin embargo, también hay muchas personas que están satisfechas con su vida, su trabajo, su salario.
Cambiar el tiempo por dinero
Como se ha mencionado anteriormente, la mayoría de las personas tienen un trabajo, por cuenta ajena o no, mediante el cual intercambian su tiempo por dinero. Para ser financieramente libre hay que invertir este paradigma y dejar que el dinero haga el trabajo por uno.
Obviamente, para conseguirlo hay que tener dinero para invertir. Y precisamente por eso no hay que demonizar el trabajo: sin él, ¿cómo conseguiríamos el dinero que necesitamos?
Llegar a ser financieramente libre es, por tanto, una cuestión de cómo se gestiona el dinero que se gana y cómo se invierte con el objetivo de hacer que se «multiplique» hasta una cantidad que permita generar unos ingresos pasivos sustanciales para satisfacer el propio estilo de vida sin verse obligado a cambiar su tiempo por dinero.
Y ahí está la cuestión: no hay que forzar. Pero esto no significa que quien es libre económicamente pase su tiempo en la playa tomando el sol, como se comunica erróneamente en ciertos círculos. Por tanto, podemos concluir que ser financieramente libre consiste en lograr la independencia financiera y tener, al mismo tiempo, la posibilidad de dejar de trabajar.