La familia es como una empresa. En algunos casos me he encontrado con personas que se describen como «empresarios familiares» a tiempo completo ¡Cuánta verdad hay en estas palabras!
¿Acaso no es cierto que dirigir una familia es como dirigir un negocio? Siempre oímos hablar de la gestión de riesgos en relación con las empresas o los autónomos, pero en realidad no podemos distinguir claramente la «vida personal» de la «vida profesional», porque pase lo que pase, hay repercusiones en ambos ámbitos.
Pensemos, por ejemplo, en la repercusión que tiene el nacimiento de un hijo en el trabajo, o en lo mucho y bien que se refleja el éxito laboral en la vida familiar. Esto nos hace reflexionar: no podemos pasar por alto los riesgos relacionados con la familia.
Análisis de riesgo familiar
El primer paso en el análisis de riesgos es recopilar los datos disponibles: ingresos, gastos y activos. Los datos recogidos nos ayudan a entender cómo se mueve la familia, a definir sus valores y preocupaciones. En este análisis es importante no pasar por alto ciertos detalles que suelen afectar al riesgo: por ejemplo, lo que la gente hace en su tiempo libre.
Si como hobby una persona hace paracaidismo en lugar de quedarse en casa bordando, ¡por supuesto que los riesgos son diferentes! También tratamos de entender lo que ocurre en el trabajo:
¿eres un administrador o trabajas encima de un andamio? ¿Tienes un solo ingreso? ¿Y la casa? ¿Está en una zona de catástrofe geológica o en un tranquilo parque residencial? ¿Tienes animales potencialmente peligrosos en casa? ¿Tienes una empleada doméstica? Y así sucesivamente hasta tener una imagen completa y clara de la situación.
El trabajo que tenemos que realizar consiste en identificar las posibles áreas de riesgo de la familia, que son:
- Protección de los ingresos.
- Protección de la salud.
- Protección de activos.
- El daño que pueda causar a terceros.
- El daño que puedo sufrir.
- La protección del futuro.
Es importante entender entre estas 6 áreas la que tiene mayor impacto tanto en el individuo como en toda la unidad familiar.
Desde el punto de vista de la familia, la mayoría de estos riesgos pueden abordarse y resolverse mediante pequeñas estrategias, y la planificación financiera en consonancia con los objetivos personales y financieros adquiere una importancia capital.
El objetivo es siempre mantener el nivel de vida y el patrimonio de la familia. No hay paquetes prefabricados: Las soluciones y estrategias dependen de la situación en la que te encuentres, que solo define el punto de partida.
Y tú, ¿has hecho tu propio análisis de riesgos?